Reseñas bibliográficas

 

Luis Alberto Castrillón López (dir), 2013. La universidad por hacer. Perspectivas poshumanistas para tiempos de crisis

 

Marilú Martínez Fisher

 

Medellín: Editorial Universidad Pontificia Bolivariana Universidad Católica de Oriente

 

Centro de Investigación Social Avanzada. marilu.martinez@cisav.org

 

Es una realidad reconocida que las universidades se encuentran en crisis. En el caso específico de las universidades confesionales el problema se agudiza ante el proceso de secularización. No se trata de una discusión nueva (Kant, 2003)1, pero sí peculiarmente relevante en el contexto actual (CELAM, 2008). Según Ceballos Sepúlveda (p.9), el problema de la unviersidad surge de una toma de postura sobre la comprensión y relación de la razón y la fe que suelen entenderse de manera reductiva: una razón reducida a simple ciencia positiva y una fe reducida a simple piedad interior y privada. Dos experiencias inminentemente humanas entran en conflicto al tratar de trazar un camino para formar universitarios. En realidad, en el fondo nos encontramos con la necesidad de replantearnos una antropología adecuada.

A partir de esta inquietud surge La universidad por hacer. Perspectivas poshumanistas para tiempos de crisis, como el resultado del proyecto de investigación, dirigido por Luis Alberto Castrillón López, titulado Humanismo y universidad católica: perspectivas y retos desde la formación humana liderado por la Facultad de teología de la Universidad Católica de Oriente, el Instituto de Humanismo Cristiano a través de su grupo de investigación en ética y bioética y el grupo de investigación Religión y Cultura de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB).

Por la propia naturaleza del trabajo de investigación, este libro está conformado por artículos de distintos autores. Es importante subrayar que elaborar una reseña de este escrito supone un reto peculiar. Por una parte, presume la riqueza de exponer distintas voces y, por ende, diferentes tradiciones; pero, por otro lado, advertimos la limitación de no poder hacer justicia a cada uno de los autores para exponer de manera completa sus reflexiones.

El libro está dividido en tres partes, mismas que representan las tres principales temáticas que sirvieron de criterio en la compilación. La primera parte, titulada "Universitas y Humanitas", está conformada por tres artículos2 en los que se busca esclarecer la relación e importancia de las humanidades como parte constitutiva de toda universidad. Vargas Guillén (p.47) afirma que se trata de mostrar cómo "lo humano es cosa misma de la universidad". Una de las causas por las que la universidad se encuentra en crisis, es precisamente por el olvido de "lo humano". El homo faber, por eliminar la contemplación, redujo la conciencia de humanidad y limitó la realidad y la verdad a lo científico (Arendt ,2005).

La universidad perdió su razón de ser, como comenta Giménez Giubbani (p.47), por su marcado énfasis profesionalizante y parte de sus crisis se debe a este exceso de deshumanización, sin ninguna visión global y humanista, olvidando su destino universal en cuanto a pluralidad de saberes y tendencias, amplitud de pensamiento, apertura al diálogo y receptividad permanente a los acontecimientos políticos, sociales, científicos, etc.

La universidad que se presuma como tal debe tomar en cuenta que los distintos saberes se hallan conectados y se complementan entre sí, porque el conocimiento forma una totalidad. En este sentido, se vuelve pertinente recuperar la postura de John Henry Newman recuperada por Giménez Giubbani (p.76) en donde expone que la universidad es un lugar para enseñar un conocimiento universal. Una formación intelectual cuya finalidad sea una visión global nos pone en condiciones de descubrir el sentido de las cosas y de abrirnos a la verdad.

Para los fines que persigue el propósito del libro se vuelve relevante la postura de John Henry Newman sobre el lugar de la teología en los estudios universitarios:

Una universidad hace profesión, por su mismo nombre, de enseñar un saber universal. La teología es ciertamente una rama de ese saber. ¿Cómo es posible entonces abarcar todas las ramas del saber, y excluir, sin embargo, de las materias enseñadas una que es, por lo menos, tan importante y extensa como cualquiera de las demás? (Newman, 1996, p.55-56).

Desde la perspectiva de Newman, la verdad religiosa no sólo es una porción, sino una condición, del conocimiento. Eliminarla no es otra cosa que deshacer el tejido de la enseñanza universitaria. Esta primera tesis será sustantiva para ir conformando una postura sobre la identidad de la universidad católica, ya que constituye una toma de postura de conciliación entre fe y razón cara al proceso de secularización.

La segunda parte del libro, titulada "Crisis de la universidad", está conformada por cuatro artículos3 en los que se denuncian los síntomas de la crisis y sus causas. Este asunto ha sido objeto de reflexión por parte de varios autores contemporáneos (Foucault, 2005; Soto Posada, 2007; Lyotard, 1987; Ricoeur, 2010; Nussbaum, 2010; Derrida, 2010) y en su mayoría, encontramos que parecen estar de acuerdo en lo que expone Enrique Restrepo (p.86): las relaciones de poder-saber propias de la contemporaneidad han ocupado por completo y transformado consecuentemente el espacio de la universidad. La crisis de la universidad se origina, pues, tanto en su propia realidad, como en el campo socio-político y económico que la bordea.

Retomando a Nussbaum, Ruíz Gutiérrez (p.166) expone que las humanidades son concebidas por los burócratas como "ornamentos inútiles" en un momento en que las naciones deben eliminar todo lo que no tenga utilidad para ser competitivas en el mercado global, tanto en los programas curriculares como en la mente y el corazón de padres e hijos. En consecuencia, la imaginación, la creatividad y el rigor en el pensamiento crítico que definen en gran parte a las ciencias en su relación con las materias humanísticas, se pierden ante el fomento de la rentabilidad a corto plazo que genera la enseñanza de capacidades utilitarias y prácticas, aptas para el trabajo capitalista.

En la sociedad actual, la universidad como lugar de enseñanza, aprendizaje e investigación de los procesos de autodesarrollo, autorrealización, y por tanto, de autoemancipación, ya no tiene lugar (Henry,2006). Para Ruiz Gutiérrez basta observar, entre los síntomas de esta intrusión, los siguientes:

1. La segmentación e hiperespecialización de las áreas del saber.

2. La masificación del estudiantado y el profesorado como consumidores del acto educativo, los cuales se constituyen a su vez en sujetos y objetos de las "políticas de educación superior"

3. La sustitución progresiva de las humanidades por las disciplinas funcionales y rentables al modelo capitalista.

4. La burocratización creciente y sofisticada de los funcionarios y los procesos universitarios.

5. La investigación financiada e interesada, en oposición a la libre investigación científica.

Como bien afirma Enrique Restrepo (p.90), el tono ciertamente oracular de Heidegger se cumple en nuestro presente a carta cabal. La universidad sobrevive sin lo universitario. De manera alentadora, en el último artículo de la segunda parte Ruiz Gutiérrez presenta una propuesta sobre la reinvención de la universidad que nos ayuda a introducirnos a la tercera parte del libro. La universidad, comenta, debe de ser reivindicada como un lugar privilegiado de resistencia contra el poder, dejándole el importante papel a las humanidades como las únicas capaces de actualizar el valor de la vida en virtud de su relación con el pensamiento y la acción, ya que éstas conservan el derecho incondicional a decir, discutir y desconstruir todo públicamente. Sobre esta capacidad de las humanidades se funda exactamente la humanitas de la universitas, por cuanto ellas intentan comprender el concepto de hombre.

La tercera parte titulada "La universidad católica", está conformada por cinco artículos4 en los que se trata de concluir con algunas máximas que la universidad católica debe tomar en cuenta en la conformación de su identidad.

Fernández Ochoa (p.239) expone que la universidad católica se encuentra en una encrucijada con dos diversos tipos de reacciones, que en realidad reflejan la tensión entre dos conceptos: la tradición y la innovación. Por un lado, tenemos la universidad católica que se encierra en su "confesionalismo" declarando abiertamente su identidad confesional católica manifestando su total adhesión a ésta y rechazo a todo tipo de pensamiento alternativo en su interior. Por otro lado, encontramos que la universidad católica que se seculariza totalmente, cambiando sus objetivos y su misión, y que se coloca como una universidad abierta, pluralista y democrática, aduciendo una catolicidad amplia y total, que entra sin pudor a la carrera por el ranking y por el estatus de universidad democrática y pluralista que puede gozar de los beneficios del Estado y que se independiza completamente de la jerarquía eclesiástica y de las normas morales católicas.

La identidad de la universidad católica y la toma de postura que ésta hace frente al proceso de secularización implica tomar como punto de partida el Evangelio. No sólo como ideario sino, como dice Fernández Ochoa (p.230), tenerlo en sus entrañas. Por eso el interés por la visibilidad y los rangos mercantiles (rankings) no pueden volverse los únicos fines de la universidad y por los que se descuide el tiempo para lo personal, para lo sustancial, porque "¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?" (Mt 16, 26).

¿Significa esto que no se le debe pedir a la universidad católica altos criterios de calidad en la formación de sus estudiantes? No, simplemente se trata de una cuestión de énfasis. Alberto Castrillón (p.189) comenta que es a través del magisterio sobre la identidad de la universidad católica, expresado especialmente en la constitución apostólica Ex corde Ecclesiae, donde se describe la universidad como una comunidad académica que, de modo riguroso y crítico, contribuye a la tutela y desarrollo de la dignidad humana y de la herencia cultural mediante la investigación, la enseñanza y los diversos servicios ofrecidos a las comunidades locales, nacionales e internacionales.

La presencia de la universidad católica no es la de otra institución de educación superior más; tiene una marca indeleble: el acontecimiento pleno de la experiencia de Dios. La misión de la universidad católica no se limita a un proyecto pastoral, ni a un programa de humanidades, ni a unas acciones intensivas, ni a prácticas piadosas en su recinto. Todo su ser-hacer (sentido), todos sus actores, su transformación y desarrollo son un compartir, testimoniar y anunciar la experiencia del acontecimiento de Jesucristo en la total historia del mundo (CELAM, 2008).

Las actividades fundamentales de una universidad católica deberán vincularse y armonizarse con la misión evangelizadora de la Iglesia. Castrillón López y Arboleda Mora (p.171), retomando a Juan Pablo II, exponen que el Evangelio, interpretado a través de la doctrina social de la Iglesia, llama urgentemente a promover el desarrollo de los pueblos. La Iglesia se empeña firmemente en el crecimiento integral de todo hombre y de toda mujer. El espíritu cristiano de servicio a los demás en la promoción de la justicia social reviste particular importancia para cada universidad católica y debe ser compartido por los profesores y fomentado entre los estudiantes.

A manera de conclusión Alberto Castrillón (p.190) expone que existen dos características que guían la exploración de los retos de la universidad católica: la universidad como lugar de encuentro y el anuncio desde la caridad intelectual; éstas no sólo evidencian la coyuntura institucional y evangélica de las universidades católicas sino que a la vez comprometen el discurso y la experiencia testimonial del accionar académico-investigativo-pastoral de las universidades y centros de formación católicos del siglo XXI.

En suma podemos decir que este libro nos brinda una lúcida introducción a la crisis de la universidad católica desde distintas tradiciones. Es realmente impresionante la riqueza de bibliografía a la que hacen alusión los distintos autores de los artículos que conforman la compilación. Por otro lado, es importante destacar que no todas las perspectivas de los artículos que integran la compilación son poshumanistas, como podría pensarse al leer el título del libro. Algunas de las posturas de los autores no incluyen este concepto en su discurso. Lo que sí se rescata es la necesidad de una antropología adecuada en el proyecto de una universidad por hacer.

El libro está dirigido tanto a los lectores interesados en temas relacionados con la filosofía de la universidad como el secularismo, vocación, educación superior, así como a profesores de universidad especialistas en la materia y a todo aquél que emprenda con seriedad el proyecto de pertenecer y/o fundar una universidad.

 

Referencias bibliográficas

Arendt, H. 2005. La condición humana. Barcelona: Paidós.

CELAM. 2008. Documento de Aparecida. Recuperado de: www.celam.org/aparecida/Espanol.pdf el día 24 de octubre del 2013.

Derrida, J. 2010. La universidad sin condición. Madrid: Trotta.

Foucault, M. 2005. Las palabras y las cosas. México: Siglo XXI.

Henry, M. 2006. "La destrucción de la universidad" en La barbarie. Madrid: Caparros editores.

Kant, I. 2003. El conflicto de las facultades. Madrid: Alianza Editorial.

Lyotard, J.-F. 1987. La condición posmoderna. Informe sobre el Saber. Madrid: Cátedra.

Nussbaum, M. 2010. Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades. Buenos Aires: Katz.

Ricoeur, P. 2010. Etica y cultura. Buenos Aires: UCA & Prometeo Libros.

Soto Posada, G. 2007. La humanitas como universitas en el Medioevo. Filosofía medieval. Bogotá: San Pablo & Universidad Pedagógica Nacional.

 

Notas

1 Véase en específico la sección del libro dedicada a tratar el conflicto entre la filosofía y la teología, así como el apartado sobre la división de las facultades en general.

2 a) "La Humanitas como Universitas"de Germán Vargas Guillén, b) "La presencia de las humanidades en la universidad" de Raúl López Upegui y c) "Humanismo y universidad. Aportes de J. H. Newman" de Analía Giménez Giubbani.

3 a) "La destrucción de la universidad. Autonomía y éxodo del conocimiento hacia la universidad nómada" de Carlos Enrique Restrepo, b) "Crisis y reinvención de la universidad a partir de las humanidades" de Adriana María Ruiz Gutiérrez, c) "El currículo universitario como factor de desarrollo humano integral" de Pbro. José Arturo Restrepo Restrepo, O.P. y d) "Educación, incondicionalidad y donación. En las fronteras de la universidad" de Mario Madroñero Morillo.

4 a) "Universidad, poshumanismo y sentido. Perspectivas de la universidad católica" de Luis Alberto Castrillón López y el Pbro. Carlos Arboleda Mora, b) "Esbozos de la identidad, retos y misión de la universidad católica" de Luis Alberto Castrillón López, c) "Vocación y profesión. La universidad para un nuevo humanismo de Pbro. José Raúl Ramírez Valencia, d) Universidad católica y mundo secularizado de Pbro. Carlos Arboleda Mora, e) El compromiso del maestro como formador de Luis Fernando Fernández Ochoa.