Editorial

 

Un caminar que no cesa. Año de la fe y racionalidad filosófica

 

"Eres cuchillito de palo". Con esta expresión los mexicanos nos referimos, de una manera coloquial, a quien se presenta tenaz, persistente y en ocasiones hasta terco en la persecución de la tarea acometida. Un "cuchillo de palo" termina cumpliendo su objetivo tras un largo esfuerzo. No deja de ser curioso que la expresión tenga algún parecido con la que usó Martin Heidegger precisamente para referirse a la "filosofía cristiana".

En efecto, en su Introducción a la metafísica el célebre filósofo alemán anotó que la filosofía cristiana es un "hierro de madera" debido a que, según él, la filosofía es para la fe una necedad. Dicho de otro modo: no sólo a la filosofía le repugna una relación positiva con la fe cristiana, sino que es la misma fe la que como obra de Dios no requiere del filosofar. La peculiar manera como Heidegger concibe a la filosofía cristiana posee muchos supuestos que no podríamos abordar en este breve espacio. Sin embargo, lo que sí requerimos afirmar es que la cuestión sobre la existencia de la filosofía cristiana no queda eliminada y permanece como insistente reclamo a la reflexión filosófica, incluso al interior del pensamiento del propio Heidegger, como lo ha destacado recientemente Philippe Capelle-Dumont.

De manera amistosa o polémica, hace casi dos milenios que la filosofía y la fe cristiana, como "cuchillito de palo", no cesan de encontrarse, ayudarse o enfrentarse. Tan esto es verdad que en los comienzos del tercer milenio no podemos más que señalar que ambas realidades no pueden ignorarse y más bien están invitadas a recibir el influjo de una en la otra. Si la relación entre el mythos y el lógos no terminó en el andar de la filosofía griega, la relación entre lógos humano y el divino permanece y permanecerá en la filosofía mientras perduren las pretensiones de ambos, es decir, fides et ratio, la razón y la fe, se reclamarán mutuamente.

Por ello resulta pertinente preguntarse de nuevo, tras la convocatoria realizada por Benedicto XVI y secundada posteriormente por Francisco a celebrar un año de la fe: ¿qué tiene que ver Atenas con Jerusalén? ¿Cómo se provocan mutuamente filosofía y fe cristiana en el mundo contemporáneo?

No se trata de evocar simplemente la historia que, por otra parte, no debemos olvidar. No se trata de reflexionar con nostalgia el pasado -un pasado premoderno, o precristiano-, sino de hacer memoria del propio camino y del modo de filosofar para hacer presente cómo el Lógos divino, el del primer versículo del evangelio de Juan, ha estado presente en el filosofar de algunos contemporáneos que han tratado de penetrar intelectualmente y sin censuras lo profundo y lo más definitivo del misterio de lo real.

En el presente número de Open Insight no nos interesa ningún "ismo", ningún cuerpo doctrinal prestablecido. Nos interesa el camino, el modo en que la razón, que siempre busca ser fiel a sí misma y a la realidad que mira, recibe el influjo, la ocasión y la capacidad de enfrentarse al mundo con una mirada más amplia gracias a la provocación y la presencia de la fe cristiana como contenido y como experiencia. De hecho, esta perspectiva de apertura irrestricta ante lo dado, de verdadera "pasión por la verdad", ha animado también los números precedentes de nuestra revista.

Por otra parte, sabemos que no es la razón la que filosofa, sino la persona humana concreta. Por ello, los distintos problemas abordados en los diversos estudios que hoy presentamos no son más que el momento reflexivo y teórico de una vida que transcurre sumergida en la historia, en la cultura y en las preguntas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

Por eso, quienes laboramos en el Centro de Investigación Social Avanzada y quienes son invitados a participar en Open Insight nos preguntamos si afirmamos la fe por medio de la razón, y si nuestra razón filosófica ha sido alcanzada también por la fe. E incluso si no tenemos fe, eventualmente también podemos preguntarnos cómo el hecho cristiano ha afectado la historia y la tradición en que vivimos, y cómo sus hipótesis religiosas han provocado y ensanchado nuestro propio pensamiento.

Justino, Agustín, Anselmo, Tomás, Duns Escoto, Malebranche, Pascal, Vico, Descartes, Kant, Hegel, Kierkegaard, Nietzsche, Scheler, Mounier, Sartre, Marcel, Heidegger, Del Noce, Wojtyla, Xirau, Beuchot, Girard, Agamben, Marion, Scannone y muchos más, no han podido pensar filosóficamente sin la provocación que les ha ofrecido la hipótesis cristiana. ¿Qué significa esto? ¿Qué lecciones nos deja esta amplísima experiencia histórica?

Nadie puede negar un patrimonio, un legado de propuestas filosóficas que deben su origen y desarrollo a la razón iluminada por la fe, y que sin ésta no habrían pasado a formar parte del acervo filosófico. Nadie puede negar un caminar que no cesa, es decir, la existencia a través del tiempo de verdaderos filósofos que sin el impulso de la fe cristiana no habrían avanzado en su propio trabajo.

En esta ocasión, en Open Insight no hemos entrado a discutir, a justificar o a aclarar el valor y autenticidad filosófica de lo que se ha logrado con la interacción razón-fe, sino a mostrar y a considerar con rigor y con respeto cómo es que los autores que se encuentran convocados a convivir en las páginas de este hogar filosófico han concebido y reconsiderado su propio pensamiento y la forma en que la fe en Jesucristo les ha permitido interpretar de un mejor modo la experiencia vivida del mundo en distintos temas y problemas.

Quienes confesamos la fe cristiana intentamos una vez más razonar con una apertura y un rigor tal que quede bien exhibida la naturaleza realmente filosófica de nuestra empresa. Asimismo, quienes pensamos hasta el fondo la experiencia buscando su significado más último y definitivo, intentamos también mostrar por vía racional que es imposible permanecer indiferentes ante el dato de la fe. Interacción y autonomía, intromisión, provocación o rechazo, todo es posible. A todos nos puede ser útil conocer de primera mano distintas aproximaciones a una relación que pretende no ser abstracta, sino precisamente encuentro personal y desafío afectivo. A quienes nos han abierto su pensamiento sobre este tema en el marco del Annus fidei les agradecemos la confianza que significa su aporte. Estamos conscientes de que con ello nos han abierto también un poco su corazón y nos invitan a mirar en la intimidad de sus convicciones racionales más profundas, la búsqueda incansable de una Amistad que trascienda desde ahora la finitud y el desencanto.

 

Pablo Castellanos López y Rodrigo Guerra López
Centro de Investigación Social Avanzada

Santiago de Querétaro, México
24 de noviembre de 2013, último día del Annus fidei