Reseña de Bruno Latour, de Vries, Gerard, Cambridge: Polity Press, 2016. 221 pp.
Juan Manuel Zaragoza Bernal
Reseña de Bruno Latour, de Vries, Gerard, Cambridge: Polity Press, 2016. 221 pp.
Revista de Filosofía Open Insight, vol. 10, núm. 20, 2019
Centro de Investigación Social Avanzada
Juan Manuel Zaragoza Bernal jm.zaragozabernal@um.es
Universidad de Murcia, España
El hombre
Podemos encontrar pocos autores más polémicos en la filosofía actual que Bruno Latour. Tan sólo Zizek nos viene a la mente, pero por razones totalmente distintas. Lo cierto es que Latour ha estado, desde su irrupción en el mundo de los estudios sobre la ciencia en los últimos años de la década de 1970, en el ojo del huracán. Un breve repaso a su carrera debería incluir el hecho de que con apenas 30 años fue capaz de agitar, en su famoso libro junto a Steve Woolgar, a toda una disciplina, la de la sociología de la ciencia, que pronto debió posicionarse acerca de las atrevidas tesis de estos dos jóvenes investigadores. En la década de los 80 fue el creador (junto a Michel Callon) de la Actor-Network-Theory (ANT), una nueva forma de aproximarse a la relación entre ciencia, naturaleza y sociedad que cambiaría, para siempre, los estudios sobre la ciencia. Los 90 se inician con la publicación de Nunca fuimos modernos (Siglo XXI, 2007), un libro capital en el que parece abandonar formas previas de trabajar, más empíricas, para afrontar una aventura profundamente filosófica. En esa misma década se vio envuelto, posiblemente contra su voluntad, en lo que se llamaron las science wars: una disputa intelectual entre una serie de científicos realistas, encabezados por Alan Sokal, y algunos filósofos posmodernos, entre los que se incluyó a Latour, a los que se acusaba de relativistas, de tener una comprensión parcial y equivocada de la ciencia, y de escribir trabajos que no eran más que mera palabrería sin sentido. Latour cierra esta década haciendo un nuevo quiebre, al publicar un libro sobre política y ecología que, nuevamente desde un punto de vista original y polémico, afrontaba la necesidad de pensar nuevas formas de hacer política que nos condujesen a la construcción de un mundo en común.
El siglo XX no agotó su capacidad productiva, y vemos cómo nuevos estudios se suceden: sobre religión, sobre derecho, sobre teoría sociológica, sobre la relación entre humanidades y ciencias, etc., y todo ello acompañado de exposiciones, obras de teatro, performances…, y siempre con un impacto mayúsculo, no sólo en el mundo de la filosofía o de los estudios de la ciencia, de los que Latour ya se había emancipado hace tiempo, sino en el mundo del arte, de la museología o de la arquitectura y también, claro está, en la opinión pública.
Tras su jubilación, en 2017, Latour no ha dejado de participar en el debate público, ya sea en Francia (lo más reciente, su propuesta, a cuenta de las protestas de los chalecos amarillos, de la necesidad de unos nuevos cahiers de doléance), en Europa (con su cerrada defensa de una Europa que sea más que la Unión Europea), o incluso mundialmente (con su reiterado desprecio hacia la administración Trump y su negacionismo cerril respecto al cambio climático y, cómo no, con su compromiso en la lucha contra la post-verdad).
La obra de Latour, como se puede comprobar en este breve recorrido por su bio/bibliografía, no es únicamente inmensa, sino también variadísima e inabarcable, hasta el punto de que sería posible considerar a su autor más un diletante, que escribe sobre aquello que llama su atención en un momento dado, que un profesional con un programa de investigación coherente y que evoluciona en el tiempo. Tal puede ser la impresión de quien se acerca por primera vez a la obra del francés. El libro que presentamos hoy está escrito, precisamente, para evitarla.
La biografía
Su autor, Gerard de Vries, profesor emérito de la Universidad de Ámsterdam y él mismo una voz influyente en los estudios sobre la ciencia, intenta en este libro dar una visión completa y unificada de lo que, para él, ha sido una carrera mucho más coherente de lo que podríamos pensar a simple vista. El gran mérito de este libro no es, desde luego, ser el primero que se publica sobre Latour. Otros, como Graham Harman (Bruno Latour: Reassembling the Political, Pluto Press, 2014) o Torben E. Jensen (Bruno Latour: Hybrid Thoughts in a Hybrid World, Routledge, 2012), han escrito antes sobre la obra del pensador francés. Pero sí es cierto que si aquellos se centraban en aspectos concretos de la propuesta de Latour, de Vries nos ofrece una visión sistemática, ordenada casi cronológicamente, de la evolución de un autor fundamental para entender la filosofía y la ciencia en las últimas décadas del siglo pasado y principio del actual. La aproximación de de Vries, además, cuenta con el mérito de representar de forma equilibrada el trabajo empírico por un lado y el trabajo teórico por el otro, mostrando las profundas conexiones que existen entre ambos.
El contenido
De Vries estructura el libro en seis capítulos, que se corresponden, aproximadamente, con lo que serían las grandes obras de Latour. Pero es en el primer capítulo, el más corto de todos y con una mayor carga biográfica, en el que desarrollo su aportación fundamental. En estas primeras páginas, y tras una breve introducción sobre la exposición Paris ville invisible (Les empêcheurs de penser en rond / Le Seuil, 1998), nos acerca a un jovencísimo Latour que termina su tesis doctoral al tiempo que realiza su prestación social sustitutoria en Costa de Marfil. De Vries propone aquí una tesis atrevida: la existencia de una línea de pensamiento filosófico que recorre toda la obra de Latour, desde este primer trabajo titulado Exégèse et Ontologie. Essai philosophique sur des textes de résurrection (Université de Tours, 1975), hasta su última gran obra An Inquiry into Modes of Existence – An Anthropology of the Moderns (Harvard University Press, 2013), y que él califica de filosofía empírica: una filosofía que, centrándose en el estudio de las conexiones, tiene como finalidad hacer que nuestra visión del mundo sea más afilada una vez que hemos concluido nuestro trabajo etnográfico. La importancia de la ontología y de las relaciones, nos dice de Vries, es algo que acompañará a Latour desde el inicio, así como su intento de hablar acerca del mundo (sea esto lo que sea) y no de los libros de otros. Lo que explicaría, también, su peculiar uso de las fuentes filosóficas, más como herramientas que permiten abordar un problema (y que se desechan sin reparos si encontramos una herramienta mejor), que como marcadores que permitan trazar una genealogía a la cual adherir su pensamiento. Esto es, defiende de Vries, la característica principal del estilo inconfundible de Latour.
A partir de aquí, una vez señalada la línea roja e identificado el estilo, de Vries se lanza a «seguir los pasos» de Latour a lo largo de sus más de 40 años de carrera, en un remedo de lo que es, según él, el método latouranio: perseguir y documentar los movimientos de sus objetos de estudio. Lo que de Vries consigue es realmente sorprendente. Por un lado, no podemos dejar de pensar en esta revisión de la trayectoria de Latour como una reconstrucción racional a posteriori de lo que, no puede ser de otra forma, debió tener mucho más de improvisación y de aventura que lo que se hace visible en este libro. Pero, al mismo tiempo, tenemos que reconocer que la tesis de que esos elementos fundamentales del pensamiento de Latour se encuentran ya presentes desde el primer momento tiene, como mínimo, apariencia de veracidad. Tanto, que el resto del libro puede leerse como una road movie en la que Latour, a través de sus viajes por diversas áreas de conocimiento y espacios académicos, va afilando esta intuición primera para convertirla en un sistema filosófico de gran calado, que terminará identificando con la idea de la ontología relacional y que estará en la base de su propuesta política, expresada tanto en su Manifiesto composicionista (New Literary History, 2010), o sus últimas obras sobre calentamiento global y nuevo régimen climático, y que resume con la alocución «construir un mundo en común».
Conclusión
Pero debo ir concluyendo. Bruno Latour es uno de los pensadores más importantes de final de siglo, y su influencia en ámbitos de conocimiento en principio distantes como los Estudios CTS (de los que es considerado uno de los fundadores), o el New Materialism o New Metaphysics (como editor, junto a Graham Norton, de la colección homónima en Open Humanities Press), es indudable. Este libro tiene la gran virtud de ofrecernos una visión global de la obra de Latour, que nos lleva a través de las distintas etapas y proyectos del pensador francés, con una profundidad y comprensión de su obra mayor, y nos ofrece, al mismo tiempo, ese hilo conductor, profundamente filosófico, que nos permite dotar de sentido a esa trayectoria que nos había parecido errática.
Se trata, por tanto, de un libro altamente recomendable, tanto para aquellos que se adentran por primera vez en la obra de Latour como para aquellos que buscan una nueva visión sobre su obra.
Referencias
De Vries, G. (2016). Bruno Latour. Cambridge: Polity Press.