Reseña de A Stand for the Home: Reflections on the Natural Family and Domestic Life, Hurtado, Rafael & Galindo, Fernando (eds.) (2019), EUNSA, Pamplona. 139pp
Allan C. Carlson
Reseña de A Stand for the Home: Reflections on the Natural Family and Domestic Life, Hurtado, Rafael & Galindo, Fernando (eds.) (2019), EUNSA, Pamplona. 139pp
Revista de Filosofía Open Insight, vol. XII, núm. 24, 2021
Centro de Investigación Social Avanzada
Allan C. Carlson acarlson@profam.org
Hillsdale College, Estados Unidos
Los tiempos de crisis son tiempos que propician cambios drásticos, y ante la posibilidad del cambio, es necesario identificar aquello que sobresale por su consistencia, por su solidez. Gracias a la sabiduría clásica griega, Occidente fue introducido al estudio sistemático del concepto de economía o οἰκονόμος, que significaba literalmente «la gestión del hogar». Para ellos, la comprensión correcta de este término parte de la solidez del vínculo matrimonial entre el esposo y la esposa, marido y mujer, abarcado dentro de la institución familiar, frente a la posibilidad de traer hijos al mundo, en compañía de la familia extendida, con vistas a mantener la salud y el bienestar de la comunidad. Sólo así ciudad o polis gozaría del privilegio de ser integrada por ciudadanos respetuosos de la ley y ávidos de paz. A su vez, los antiguos griegos entendieron que una economía «doméstica» sólida se ha de enfocar en que sus miembros adquieran los conocimientos básicos de subsistencia, mismos que les permitan saber «hacer de todo» y «usar todo» según la ley natural, en aras de alcanzar la virtud y la felicidad.
Asimismo, los griegos también exaltaron que esa vida feliz, a saber, la «vida lograda» o εὐδαιμονία, requiere sus merecidos espacios de ocio, contemplación y esparcimiento. El mismo Aristóteles enfatizó la importancia del valor de «uso» de aquellos objetos modelados por las manos de los integrantes del hogar familiar, así como la necesidad imperante de reciprocidad y justicia en los intercambios de dichos objetos en la comunidad extensa, o más bien dicho con otros hogares. A esto añade el Estagirita que un alto grado de autosuficiencia —económica, según lo dicho— ha de ser el fin común que singulariza la razón de ser del hogar familiar, de la comunidad local, y de la polis en general. En esa misma línea, también exaltó la necesidad de clarificar «límites» justos para la adquisición de bienes concretos y de propiedades habitables por familias concretas, celebrando un orden social construido en base a una sólida «clase media», compuesta principalmente por hogares gozosos de una considerable autonomía económica, así como una total libertad de ser verdaderos «semilleros» de virtud cívica y orden social.
Sin embargo, la Revolución Liberal-Capitalista que tuvo lugar en los últimos dos siglos se encargó de pisotear esta visión económico-familiar. Utilizando como artífice la concepción smithsoniana de una «división del trabajo» exagerada, la producción doméstica natural fue drásticamente remplazada por la ahora conocida avalancha de bienes de consumo, eliminando en gran medida la autonomía económica del hogar familiar hasta ahora expuesta. Apoyado en un individualismo exacerbado, el emergente sistema capitalista liberal se encargó de dividir a las familias en su búsqueda por la máxima eficiencia económica, socavando el ya mencionado orden de la clase media, tendiendo irremediablemente a los extremos opuestos de gran riqueza y vastas propiedades para unos pocos y una nueva forma de pobreza servilista, carente de propiedad, para la gran mayoría de la población.
A Stand for the Home: Reflections on the Natural Family and Domestic Life representa una nueva y valiosa crítica al orden liberal-capitalista en cuestión. También es una defensa convincente y genuina de la economía familiar clásica. Rafael Hurtado (Universidad Panamericana) y Fernando Galindo (Universidad Anáhuac), editores y principales autores de la obra, arrojan una luz fuerte y convincente hacia la actual crisis matrimonial y familiar en la que se encuentra la cultura Occidental, y por ende el mundo entero. La obra exalta la estrecha conexión entre el decaimiento y progresiva desaparición de las economías nacionales y la exaltación de una frívola economía global de mercado. El libro, compuesto de cinco capítulos, expone el pensamiento de varias autoridades mundiales en relación a la temática familiar y doméstica, entre los que destacan el filósofo Rafael Alvira (Universidad de Navarra), el político australiano Kevin Andrews y el economista y director del Home Renaissance Foundation (https:// homerenaissancefoundation.org/) Antonio Argandoña.
Entre los conceptos principales que se comentan, sobresale el uso de la «cultura sensorial» desarrollado por el sociólogo ruso-americano Pitirim Sorokin, concepto del cual deviene el liberalismo sexual actual, promovido por los gobiernos liberales de Occidente, que nos ha llevado con el tiempo a una nueva forma de esclavitud.A su vez, llama la atención la visión notable de la naturaleza real de la «riqueza y la pobreza», en la que se exalta la forma más sublime y determinante de riqueza a la que todo orden social ha de aspirar: los hijos. En su nombre se ha de abogar por el resurgimiento de hogares económicamente autónomos y responsables. Finalmente, los autores principales del libro examinan de modo provocativo el ahora clásico conflicto entre el trabajo remunerado y las exigencias propias de la familia, que invariablemente se encuentran dentro del dilema económico capitalista-liberal, incluyendo la extraña crítica realizada por la afamada filósofa judía Hannah Arendt al trabajo doméstico. Al final, se ofrecen algunas líneas de reflexión que pueden apuntar hacia nuevas soluciones a este conflicto, siempre a la luz de la enseñanza social de la Iglesia Católica, poniendo en el centro de la discusión la importancia insustituible del trabajo doméstico.
A Stand for the Home ha sido publicado en un momento de gran relevancia para la familia humana, ahora que los desórdenes morales de nuestra actual «cultura sensorial» tardía muestra claros indicios de inestabilidad. En efecto, las injusticias del nuevo «orden económico global» contemporáneo continúa mostrando sus fauces fétidas, sobre todo ahora en tiempos de pandemia y COVID-19. Quizás un efecto no contemplado en estos tiempos de gran cambio e incertidumbre económico-social ha sido el siguiente: todos hemos vuelto al hogar para estar a salvo. Quizás estamos frente a una oportunidad única para entender cómo la felicidad descansa en un equilibrio entre la seguridad y la libertad —como afirma Rafael Alvira—, el cual se logra cuando las familias viven de facto la función económica en su acepción clásica, es decir, principalmente al «calor del hogar».A esta última idea nos invita el libro que hoy pongo en sus manos.