De doctrina*

Guillelmus de Conchis

De doctrina*

Revista de Filosofía Open Insight, vol. 13, núm. 28, 2022

Centro de Investigación Social Avanzada

1. Et quia de homine satis diximus, cuius est docere et doceri, quales ut doceant quaerendi sunt et quales ut doceamus ut doceantur, et qualis doctrinae complexio conueniens. Id est qua aetate sit incipienda et quando finienda, et quis ordo discendi dicamus.Talis igitur ut doceat quaerendus est: qui neque causa laudis neque spe temporalis emolumenti, sed solo amore sapientiae doceat. Si enim propriam laudem diligit, numquam discipulum ad perfectionem sui uenire uoluerit. Subtrahet enim doctrinam, ne in eo quod plus diligit aequetur uel superetur.

Acerca de la enseñanza

[Introducción]

1. Ya que hemos dicho suficiente acerca del hombre, de quien es el enseñar y el ser enseñado, digamos quiénes han de ser buscados para que enseñen, y quiénes para que sean enseñados; cuál es la constitución conveniente a la enseñanza, en qué edad ha de comenzarse y cuándo ha de finalizar, y cuál es el orden para aprender.

[Sobre el docente]

Tal es, entonces, el que ha de ser buscado para enseñar: el que no enseña por causa de alabanza, ni por esperanza de emolumento o remuneración temporal, sino por amor a la sabiduría. Pues, si ama la alabanza propia, el discípulo nunca deseará llegar a su perfección. Por lo que suspende la enseñanza, en tanto que no iguale o supere a lo que más ama.

2. Sin autem spe temporalis commodi conductus doceat, non curabit quid dicat, dum nummum extorqueat. Saepe uero plus placent nugae quam utilia. Sed si amore scientiae ad docendum accesserit, nec propter inuidiam doctrinam subtrahet, nec ut aliquid extorqueat ueritatem cognitam fugiet, nec si multitudo sociorum deficiat deficiet. Sed ad instructionem sui et aliorum uigil et diligens fiet.

3. Vt doceatur uero sit talis eligendus est, qui non sit doctrinae obstrepens nec superbus, nec uideatur esse aliquid cum nihil sit; qui magistrum ut patrem diligat, uel etiam plus quam patrem. A quo enim maiora et digniora accepimus, magis diligere debemus. A patre autem rudes esse accepimus, a magistro sapientes, quod magis dignius est, ut maius dignius. Plus ergo diligendi sunt doctores boni quam parentes. Non tantum iustum est quod doctores diligantur, sed utile ut sententiae illius et uerba nobis placeant, quia quem non diligimus, in eo saepe etiam bona nobis displicent illaque fugimus, dum studemus non imitari illos quos non diligimus.

2. Si, por el contrario, enseña inducido por una cómoda esperanza de lo temporal, no cuidará de lo que diga, hasta que obtenga el dinero. Pues con frecuencia gustan más las minucias que las cosas útiles. Pero si se aproxima a enseñar por amor a la ciencia, ni suspende la enseñanza a causa de la envidia, ni huye cuando alguien arrebata la verdad conocida, ni viene a menos si disminuye la multitud de compañeros. Más bien, se vuelve vigilante y diligente de la instrucción propia y de la de los otros.

[Sobre el discente]

3. Tal ha de ser el elegido para ser enseñado: el que no sea presumido ni soberbio de la enseñanza, ni se vea siendo alguien, cuando no lo es. Que ame al maestro como a un padre, o incluso más que a un padre. Pues debemos amar más por quien hemos recibido cosas más grandes y dignas. Del padre hemos recibido el ser ignorantes; del maestro, el ser sabios, que es algo más digno y grande. Entonces han de ser más amados los buenos docentes que los padres.

No sólo es justo que amemos a los doctores [maestros], sino útil, para que sus sentencias y palabras nos agraden; pues a quien no amamos, hasta las cosas buenas de éste muchas veces nos desagradan y las rehuimos. Por tanto, procuremos ni imitar a aquellos que no amamos.

4. Quamuis uero sanguinea complexio habilis sit doctrinae, quippe in omnibus temperata, tamen in omni aliquis perfectus esse potest labore, quia labor improbus uincit omnia. Principio uero doctrinae adolescentia est conueniens, quia, ut ait Plato, aetas hominis similis cerae, quae, nimis mollis fit, nec figuras recipit nec retinet; similiter si sit nimis dura (Theaet. 194, c4-d6). Ergo aetas nec nimis dura nec nimis tenera conueniens est doctrinae. Terminus uero doctrinae mors. Vnde quidam sapiens, cum ab eo quaereret ubi esset terminus discendi, respondit: «Vbi et uitae». Quidam uero philosophus, cum nonagenarius moreretur, inquisitus a quodam discipulo suo, si de morte doleret, ait: «Sic doleo». Quo interrogante, «quare», respondit: «Quia nunc incipiebam discere» (Val. Max., Factorum,VIII, c.7, ex. 14: De Solone).

[Condiciones]

4. Y aunque la constitución sanguínea es apta para la enseñanza, pues está templada en todos, sin embargo, en todo asunto, algo puede ser perfecto a través del trabajo, pues el trabajo fatigoso conquista todas las cosas.

[Comienzo y término]

El comienzo de la enseñanza es conveniente a la adolescencia, ya que, como dice Platón, la edad del hombre es semejante a la de la cera (Teeteto 194, c4-d6), que si es muy suave no recibe las figuras ni las retiene. Similarmente, si es muy dura. Entonces, ni es conveniente para la enseñanza que la edad sea muy tierna ni muy dura. El término de la enseñanza es la muerte. De ahí que cierto sabio, cuando se le preguntó dónde estuviera el término del aprendizaje, respondió «ahí en donde está el término de la vida». Y cierto filósofo, cuando moría ya nonagenario, fue interrogado por un discípulo suyo si la muerte le causaba dolor y dijo «sí». Interrogado por qué, respondió «porque ahora empezaba a aprender» (Valerio Máximo, Factorum, VIII, c. 7, ex. 14: De Solone).

5. Ordo uero discendi talis est ut, quia per eloquentiam omnis fit doctrina, prius instruamur in eloquentia, cuius sunt tres partes: recte scribere et recte pronuntiare scripta, quod confert grammatica; probare id quod probandum est, quod confert dialectica; ornare uerba et sententias, quod tradit rethorica. Initiandi ergo sumus a grammatica, deinde in dialectica, postea in rethorica; quibus instructi et ut armis muniti ad studium philosophiae debemus accedere.

6. Cuius hic ordo est: prius in quadriuio primo in arithmetica, secundo in musica, tertio in geometria, quarto in astronomia; deinde in diuina pagina, quippe cum per cognitionem creaturae ad cognitionem creatoris perueniamus.

[Organización]

5. Tal es el orden del aprendizaje, ya que, por la elocuencia se hace el aprendizaje en todas las cosas; así, primero nos instruimos en la elocuencia. De la cual hay tres partes: escribir correctamente y pronunciar rectamente las cosas escritas, lo que confiere la gramática; probar aquello que debe de ser probado es lo que enseña la dialéctica; adornar las palabras y las sentencias, lo que toca a la retórica. Así pues, hemos de iniciarnos en la gramática, luego en la dialéctica y, al final, en la retórica. Una vez instruidos y equipados con estas armas, debemos de acercarnos al estudio de la filosofía.

[Filosofía]

6. De la filosofía este es el orden: primero en el quadrivio, y en éste, el primer lugar es para la aritmética, el segundo para la música, el tercero para la geometría, y el cuarto para la astronomía. Después, sigue la Sagrada Escritura, para que, a través del conocimiento de la creatura, lleguemos al conocimiento del Creador.

Notas

* La versión paleográfica del texto latino y la traducción del mismo al castellano son de Gabriel González Nares (Universidad Panamericana, Ciudad de México). El texto la- tino está tomado del manuscrito 6415 f. 23r.- 23v., de la Biblioteca Nacional de Francia, disponible en versión digital en el siguiente enlace: https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/ btv1b90670197/f24.item.r=latin%206415. En la versión paleográfica se incluye el cambio de las terminaciones del genitivo femenino singular medieval «e» por la «ae» clásica. La disposición en párrafos numerados del texto latino sigue la edición canónica de I. Ronca, L. Badia, J. Pujol: Guillelmus de Conchis, Dragmaticon; Summa de philosophia in vulgari (VI, 27, 1-6), Turnhout, Brepols, 1997, pp. 270-273. Las secciones al interior de la traducción castellana, así como los distintos subtítulos que hay en ella se han añadido para facilitar la comprensión del tratado. Agradezco al profesor Ramón Díaz Olguín, director y editor de la Revista de Filosofía Open Insight, la revisión y las correcciones hechas a los dos textos.

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Revista de Filosofía Open Insight
ISSN: 2007-2406
Vol. 13
Num. 28
Año. 2022

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