Paulina Rivero Weber, coord. (2016). Nietzsche: el desafío del pensamiento . México: FCE, 217 pp.

Víctor Ignacio Coronel Piña

Paulina Rivero Weber, coord. (2016). Nietzsche: el desafío del pensamiento . México: FCE, 217 pp.

Revista de Filosofía Open Insight, vol. VIII, núm. 14, 2017

Centro de Investigación Social Avanzada

Víctor Ignacio Coronel Piña

Universidad Autónoma de la Ciudad de México , México


Nietzsche representa un continuo desafío para el hombre pensante de ahora. HG. Gadamer

¿Cuál es el sentido de aproximarnos a la filosofía de Nietzsche en la actualidad? ¿Para qué leer sus libros o las obras que se escriben en torno a su pensamiento? La respuesta surge de su propia filosofía; de lo que él dice sobre Schopenhauer en los Fragmentos póstumos: “Estoy lejos de creer que he comprendido correctamente a Schopenhauer: únicamente he aprendido a comprenderme a mí mismo un poco mejor a través de Schopenhauer” (Nietzsche, 2007: 560). La filosofía de Nietzsche es, ante todo, una invitación a reflexionar sobre nuestra propia existencia; a encontrar una filosofía para la vida. En ese sentido, todo libro sobre Nietzsche será valioso en tanto nos permita pensar la situación del hombre y los diversos problemas a los que se enfrenta en la actualidad.

El título del libro coordinado por Paulina Rivero Weber es, de por sí, una invitación a la reflexión: Nietzsche: el desafío del pensamiento. ¿Por qué la filosofía de Nietzsche es un desafío? La respuesta resulta compleja. Es un desafío porque el pensamiento de Nietzsche se caracteriza por ser disidente, porque nos lleva a pensar de un modo radicalmente distinto. Nietzsche es un filósofo que va a contracorriente en más de una ocasión, en contra de la propia filosofía no sólo de su tiempo sino también de la actual. Pero sus ideas siempre nos interpelan

Nietzsche: el desafío del pensamiento cumple dos funciones. Primero, es un exhorto para todo lector a aproximarse al pensamiento de Nietzsche a partir de la interpretación de los autores que conforman el libro. Segundo, es una invitación a los estudiosos y especialistas a profundizar en la obra Nietzsche; es decir, a ser partícipes de un diálogo con la filosofía de Nietzsche. La obra nos lleva a transitar por lugares no comunes con los que se suele asociar a Nietzsche. Se compone de nueve valiosos y profundos ensayos.

El libro comienza con el trabajo de Mónica Cragnolini, “Extraños devenires: una indagación en torno a la problemática de la animalidad en la filosofía de nietzscheana”, que trata sobre el lugar de la animalidad en la obra de Nietzsche, sobre todo a partir de Así habló Zaratustra y La genealogía de la moral. La cuestión es pensar hasta qué punto la filosofía de Nietzsche nos puede brindar una perspectiva distinta de la relación entre lo humano, la animalidad y el sufrimiento. La intención es reflexionar sobre el sufrimiento que se puede evitar al animal. En una época marcada por la violencia y la agresividad resulta fundamental detenernos a pensar en el modo en que nos relacionamos con los otros (animales y humanos) y cómo en ese encuentro se pone de manifiesto nuestra humanidad. Por eso Nietzsche “puede brindar una perspectiva de lectura interesante en la dirección de nuestra relación con lo viviente, como viviente en nosotros (el animal que somos), en los otros (el animal que el otro es) y en todo lo otro viviente” (27).

Luis Enrique de Santiago Guervós, presenta “La filosofía experimental en el pensamiento de Nietzsche: la autointerpretación del filósofo en su obra”. El artículo trata un tema clásico con un abordaje contemporáneo: la indisociable relación entre la vida y la obra de Nietzsche. Dicha relación sólo se concreta al reconocer la presencia del cuerpo en todo pensamiento. La idea es pensar al cuerpo en su cabal magnitud, es decir, también como sufrimiento y enfermedad que lejos de ser un estorbo para la vida, puede constituir el punto de partida de toda reflexión, pues “el hilo conductor del cuerpo es para Nietzsche el sello de autentificación de su obra, pues es el fundamento para la comprensión del ser humano y de la filosofía en particular” (41). Esa relación entre cuerpo, vida y pensamiento es “uno de los referentes que mejor explican el carácter intempestivo de su obra y su continua actualidad” (52).

Remedios Ávila Crespo, es la autora de “La ambivalente experiencia de la nada metafísica y nihilismo en Nietzsche”. Ella se ocupa del nihilismo como un elemento relevante de la filosofía nietzscheana centrada en el fin de los grandes valores e ideas, o mejor aún, como la permanencia del único valor eterno: la vida. Pues “la vida es lo último, la condición de posibilidad de todos los valores, pero ella misma no puede ser valorada. Está más allá del bien y del mal” (68). La muerte de Dios constituye el momento más álgido del nihilismo y, como tal, significa un momento de crisis; es decir: la posibilidad de crear nuevos valores que permitan enaltecer la vida en todas sus dimensiones.Como Ávila propone, el nihilismo no busca sumir al hombre en la desesperación, sino más bien incitarlo a la acción creadora.

El siguiente artículo, “La crítica de Nietzsche a la ciencia moderna”, es de la autoría de Diego Sánchez Meca.Aquí se plantea que sólo a través del cuerpo es posible comprender la vida y la naturaleza. Pero, sobre todo, se busca repensar el lugar de la ciencia y la verdad pues, para Nietzsche, la verdad no es más que la imposición de una interpretación. En el artículo se establece un diálogo entre Darwin y Nietzsche sobre la evolución y el perfeccionamiento, pues, finalmente, “Nietzsche no puede aceptar la idea de Darwin de una evolución de las especies guiada por el mecanismo de selección natural a modo de progreso unilineal irreversible hacia formas superiores y más perfectas de vida” (85).

El texto “Gadamer y Nietzsche”, corresponde a Carlos B. Gutiérrez, quien busca resaltar el lugar de Nietzsche en la hermenéutica. El autor se propone estudiar a Gadamer a partir de Nietzsche, pues de ese modo “se amplía mucho el horizonte de su comprensión. Con el estudio de la genealogía se gana una mayor receptividad al peso que tiene la interpretación en la experiencia hermenéutica” (106) ¿Se trata entonces de una fusión de métodos filosóficos: hermenéutico y genealógico? Innegable es que para los dos pensadores la interpretación es pieza clave en el ejercicio filosófico, pero más allá de eso la idea es reflexionar sobre la posibilidad de que ambos métodos se logren complementar en el trabajo filosófico.

Rebeca Maldonado escribe “Hermenéutica crítica, anticuaria y monumental de la historia de Occidente y el cristianismo en Nietzsche”. La idea es pensar al cristianismo a partir de la intempestiva en que Nietzsche presenta su concepción de la Historia. Se busca mostrar la creciente y constante crítica de Nietzsche al cristianismo, a la figura de Jesús y su concepción del sufrimiento y la culpa, pues “sólo desde la culpa el sufrimiento cobra significado y sentido. El cristianismo no destruye el sufrimiento, al contrario, debe su existencia a la sistematización máxima del sufrimiento a través de la emergencia de la voluntad de ser de cualquier modo culpable y reprobable” (114).

El libro continúa su senda con el ensayo de Andrea Díaz Genis titulado “Eterno retorno de lo mismo, vida y muerte”. El eterno retorno en la filosofía de Nietzsche puede constituir el peso más pesado o puede ser un espacio para la liberación, en tanto que posibilidad ligada al ultrahombre y al instante. Para Nietzsche, vida y muerte constituyen un continuo en el que no tiene sentido la idea de la trascendencia, pues ella implica una desvalorización de la vida. La idea es pensar el eterno retorno como una reafirmación de todo el proceso de vida y muerte. Nietzsche, en tanto que filósofo trágico, (el primero, como él mismo declara en Ecce homo) nos exige valorar en sentido pleno la totalidad de fenómenos que constituyen nuestra existencia. Por eso la autora nos remite al pasaje de las tres transformaciones en Así habló Zaratustra, pues “Solo se llega a ser niño luego de haber superado la idea de la muerte como carga, y después de haber sido capaz de comenzar a crear un sitio y una actitud desde donde sea posible crear nuevos valores (y esto es lo que pretende el eterno retorno como idea ético-transformadora)” (145).

José Jara nos propone, en su artículo “El ethos de la promesa”, pensar en la promesa y en las implicaciones que de ella se siguen; en su relación con la memoria (con la mnemotecnia del dolor), con la moral y con el fenómeno del nihilismo, pues “con lo dicho hasta ahora acerca del ethos de la promesa y sus efectos sobre la acción moral cabría esperar también una transformación del discurso mismo de la filosofía” (167). Lo más inquietante del artículo es la relación entre la memoria (y la violencia que se debe ejercer sobre el sujeto para producirla, como señala Nietzsche en el tratado segundo La genealogía de la moral) y la promesa. Una pregunta se impone: ¿es la promesa un acto de violencia o un acto voluntario?

El libro cierra de manera magistral con el trabajo de Paulina Rivero Weber, “Música, religiosidad y filosofía en Friedrich Nietzsche”. Se trata de un ensayo filosófico acompañado de la música de Nietzsche. El texto pretende aproximarnos a la experiencia estética que se produce no sólo en la producción filosófica de Nietzsche, sino también en su producción musical. Cuestiones que, en última instancia, parecen indisolubles y coincidentes. La autora nos propone acercarnos a la música de Nietzsche a partir de una escucha abierta y renunciar a las equivocadas comparaciones que se hacen de Nietzsche con Wagner.

El escrito se acompaña de las partituras de las composiciones de Nietzsche y es una invitación tanto a su música como a su reflexión filosófica sobre ésta; mejor aún, a una sacralización de la música, pues “en Nietzsche existe una propuesta que nos lleva a una religiosidad atea, propuesta que resulta por cierto sumamente interesante y viable para nuestra época, pues es una religiosidad que sacraliza este mundo y no otro” (177-182).

Todos los artículos que constituyen el libro abren un conjunto de preguntas que nos interpelan y nos incitan al diálogo: ¿Es la promesa un acto involuntario? ¿Es posible pensar la promesa separada de la mnemotecnia del dolor? ¿Nietzsche es solo un filósofo trágico o un compositor no valorado en su justa dimensión? ¿Hasta qué punto en nuestra humanidad se manifiesta el daño que infringimos sobre otros vivientes? ¿Qué lugar tiene la verdad en la filosofía y la ciencia de nuestro tiempo? ¿Es el cristianismo una religión de la culpa? ¿Qué lugar tiene el cuerpo en toda la filosofía de Nietzsche? ¿Es el nihilismo el momento ideal para la creación de nuevos valores? ¿Puede el método genealógico enriquecer a la hermenéutica?

Cada artículo que compone Nietzsche: el desafío del pensamiento es valioso, toda vez que muestra la vitalidad de la filosofía del célebre autor alemán al explorar ciertos aspectos de su pensamiento que no han sido suficientemente discutidos: es justo en ese punto donde reside su novedad. La obra es profundamente enriquecedora al permitirnos re-pensar nuestra situación actual en el mundo de la mano de la filosofía nitezscheana.

Referencias bibliográficas

Nietzsche, F. (2007). Fragmentos póstumos, I (1869-1874), ed. de Diego Sánchez Meca. España: Tecnos.

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Revista de Filosofía Open Insight
ISSN: 2007-2406
Vol. VIII
Num. 14
Año. 2017

Paulina Rivero Weber, coord. (2016). Nietzsche: el desafío del pensamiento . México: FCE, 217 pp.

Víctor Ignacio Coronel Piña
Universidad Autónoma de la Ciudad de México ,México
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